Borges los une y ellos se separan

Que verga que es cuando pasa.


Estuve por las argentinas dando vueltas por cuestiones seudo-laborales. Alhaja el país, pa que. Bueno, la cosa es que al segundo día de mi estadía en Córdoba tuve algo de tiempo libre, por lo que, como todo buen consumidor en la flor de la edad, me crucé al centro comercial que estaba frente al hotel. Entré en una librería con la seguridad de que ahí sí encontraría algunos libros de Arlt, Marechal y Gombrowitz. Nada que ver, por lo que me compré un par de libritos de Borges.

El resto de dinero decidí gastarlo en discos. Entré en Musimundo y ahí también había la bola de libros sobre varios estantes. Próxima a los mencionados estantes, una muchachita algo escuálida, pálida, de cabellos negros y dueña de una pinta que puede catalogarse dentro de mi target. No podría decirse que era hermosísima, pero guapa sí que estaba. Me planté junto a ella y empecé a curiosear hecho el pendejo.

No sé ni cómo se entabló la conversación, creo que fue porque yo buscaba las obras completas de Borges y ella ojeaba un libro de Borges.

-¿Qué libro me recomendás? –me preguntó. Ahí sí que me desplayé en el tema. Hablé del cariño que le tengo a Borges, de La invención de Morel de Bioy, de mi tesis. Ella, por su parte, me dijo que estudiaba arquitectura, que estaba por graduarse, que tenía 26 años (parecía de 23, lo juro).

-¿De dónde sos? –insistió.
-De Quito –respondí.
-¡Y que hacés tan lejos! –reímos-. Yo soy de blablabla, pero vivo en Córdoba-. La verdad es que no recuerdo el nombre de su provincia natal, era una medio rara. La conversación fluyó entre libros, discos, etc., etc., muy amena la cosa. Decidí separarme pa buscar mis discos. “Si ella me viene a buscar, le gusto”, pensé. Entonces me dediqué a lo mío: Massive Attack, Thom Yorke, Calamaro... Ella reapareció en la sección que me encontraba con dos libros en las manos.

-Estoy entre estos dos, ¿cuál es tu opinión? –dijo tan linda, sosteniendo mis discos mientras yo analizaba los libros.
-El Aleph, definitivamente –respondí. Fue hasta la caja e hizo cola. Yo seguí con mi búsqueda hasta que fue tiempo de pagar. Nos tocaron cajas contiguas. Intercambiamos un par de palabras más a la salida del local, algo torpes, medio desesperadas, como si ninguno atinase qué decir. Al final nos despedimos.

Mientras bajaba las escaleras eléctricas me pregunté algo que en su momento no se me ocurrió, pero luego me pareció tan obvio: “¡¡POR QUÉ CHUKKKCHA NO LE INVITÉ A TOMAR ALGO!!”. El descenso seguía y yo comido verga: “¡¡POR QUÉ CHUKKCHA NO LE PREGUNTE EL NOMBRE AL MENOS!!”. Y así me retiré al hotel, con la sensación (quizá real, quizá exagerada) de que la mujer de mi vida se fue para siempre sin razón, y que yo no hice nada por retenerla. Me golpeé dos veces en la cabeza, tragando cemento y procuré no olvidar su rostro, aunque la verdad es que esa misma noche ya se estaba borrando de mi memoria. Al menos me queda la sensación de su presencia. Creo que a todos nos ha pasado alguna vez.

Lo Barato si salió Bueno

Un local pekeño, con suerte entran 15 personas, un ambiente alternativo hipi-cuiki niu-eich (new age), chela barata y una pizza buenaaaaaza.. y eso ke cuesta $1 (hasta $1,50 cuando es con muchas vainas). Esto, pipol, es “La Pizza De A Dólar”, alias Pizza Margarita, ubicada en la Juan León Mera y la ke cruza (pero es en la eskina del libri mundi).

El lugar, como ya habrán notado en la explicación inicial es muy alaja, porke al ser tan pekeño el local, el ambiente lo pone uno mismo, y como vamos con los panas, pos es del pugtaaaaaaas jajaja. La música muy bacán, la suerte es ke el panchito, el pana ke atiende, es un rastafaroso buena onda y por lo tanto se oye de todo: jazz, blues, alternativo, rock clásico, cumbia villera, etc etc etc (el etc excluye, por suerte, toda esa música mamona wuowuo-yeah).

Antes atendían un par de gherlas… la una era cabreada ke no se como le regaló un pedazo al malafacha y la otra era una buena nota pero pakete pa las cuentas (con el durito le rogábamos pa ke no se deje estafar en las chelas), pero como las manes se kedaban tras el mostrador no afectaba mucho juajua.

En el lugar, dada la ubicación puede pasar de todo. Caen gringos la bola, algunos son de esos viejos verdes ke caen con unas mancitas kitendeay (digo por lo feas), producto de sus cacerías… chamos ke incursionan en el mundo mariscalístico ke discuten sobre los permisos de sus padres… músicos, teatreros y artistas varios de la movida cultural kiteña underground… turistas ke solo van por la comida tan barata (ke insisto, es buenaza! mejor kel resto)… hasta un loco ke va a mandarse un concert de trompeta por las puras alverjas pa luego pegarse una pizza de jamón.

Pero lo más chistoso fue cuando, huveando ahí con el durito, débora y el no papel (ya pues lluñi, cámbiate ese nick tan desubicado…) asoma una jorga de rokers semi-plutos con una guitarra; con el permiso de los presentes pasaron a mandarse un concert de los doors! Aplausos de la culta galería. Pero pa no kedarme corto pues ahí les saké un repertorio de los héroes. Más aplausos de la culta galería. Luego, una colaboración pa los nómadas y a seguir jodiendo.

Por ello, a pesar de ke ese día se kedaron sin keso y el baño no es tan de lujo, pos van 4/5 Bolones!! Si tuvieran pílsener en vez de brahma se llevan los 5!!! Tan invitados, kizás nos veamos por ahí, las caídas son siempre ke haya ganas… y un par de dólares. Xalut!

La Regla de 3 no perdona

Cuando pienso en la escuela, y los aprendizajes, son pocos los recuerdos de tipo traumático al momento de enfrentarme a determinada materia. Y eso se ha mantenido con el tiempo (con sus excepciones, como en todo).

En todo caso, las matemáticas pa mi nunca fueron la tortura que supuso para otros panas, incluso he llegado a disfrutarlas pues, en cierto modo, las veo como si fueran un rompecabezas, y me fascina andar resolviendo todas esos juegos mentales (cuando iba a la U en metro, no tenía mejor modo de evitar las malas caras santiaguinas matutinas que haciendo los crucigramas de los diarios gratiolos… y eso ke sufría con los “shilenismos”).

La nota, es ke con el tiempo uno aprende ke hay cosas ke nunca pasan de moda… y una de ellas es la “Gloriosa Regla de 3”!!! Gloriosa, porke dentro de todo lo ke he aprendido, ha sido de las cosas ke más he usado, y casi en todas las cosas de la vida, desde las cuentas correspondientes del mercado, proporciones para la comida y hasta pal diseño weg (lo admito, aunke se rían mis panas computines linuxientes).

Pongámonos serios, la Regla de 3 no es ninguna ciencia oculta, no está escrito en libros prohibidos del medioevo, o se la dicta en los PhD’s más juetrintas de Cambridge… no jodan… eso de es de escuela y como mínimo, de 6 años de matemáticas hay ke cachar al menos esof! (uso la “f” porke ya toy medio cabreado)

Toda esta divagación de aprendizaje y aplicación del conocimiento se dio, porke hoy recibí un meil de un loco del FISE (Fondo de Inversión Social de Emergencia) pidiendo que le de una factura nueva porke, la ke le crucé a mi ñañón el durito pa ke cobre unas chauchas, ha estado mal calculada.

Pero no es la primera… la anterior factura ke corrió esa misma suerte fue una que (nuevamente cruzada al durito), fue mal llenada... pero ahora por una institución privada ke no recuerdo. Ke putas iras, y no porke tenga ke dar facturas nuevas, sino, porke al trabajar en educación, me emputa ke personas “preparadas y capacitadas” no puedan sacar bien un simple IVA de 12%! No voy a explicar el proceso ni el error, esto no es escuela de primaria, solo voy a decir ke con ké cara keremos kejarnos de nuestros representantes si ni estas cosas simples se pueden hacer.

Lo único cague de esta situación fue comprobar ke, a pesar de todas las diferencias ke la sociedad y los políticos kieren establecer entre lo público y lo privado (en especial en esta época de concesiones y privatizaciones), la ineficiencia y la taradez toca a todos… la Regla de 3 no perdona étnia, credo, color, región, colegio, ni partido político.

La gran conclusión no es ke, si no se sabe usar una Regla de 3, se está frito en la vida… sino ke, kien no sepa plantearse bien los problemas y las interrogantes ke afronta, ese sí ke está cagado. No hay fórmula mágica ke sirva… si no sabemos ké keremos resolver. Tan tan.